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lunes, 24 de septiembre de 2007

AUTOROBO

El que roba, antepone su interés personal, su egoísmo y sus razones, al de la persona a quien usurpa, sin tomar el lugar del que es usurpado, sin medir, ni tomar conciencia del esfuerzo de aquel para conseguir lo que hoy le es quitado, ni las consecuencias posteriores para esa persona ni para el mismo. Las razones pueden ser muchas, valederas solo para el ladrón que así justifica su acción. Hambre, carencia, necesidad, envidia, codicia, desquite, represalia, diversión o simple satisfacción, todo justificable desde su miope y ególatra visión.
Pero cuando hablamos de robo siempre lo asociamos con bienes materiales, cuantificables y valorados en la escala del dinero, sin embargo existen otros robos, en gran cantidad, los más comunes, los que afectan diariamente y que en la deformada sociedad moderna “venezolana” son aceptados normalmente.

El venezolano, paulatinamente en el tiempo ha ido adoptando esa forma de actuar, la del ladrón, justificando con su visión personal y egoísta su acción. Pasarse una luz roja, andar en sentido contrario en una vía, “encontrarse” una billetera, dejar que “no” nos cobren una cuenta, “colearse” en una fila, pagar a un funcionario para conseguir un contrato, librarse de una multa, o pagar para sacar la cédula, comprar cosas a sabiendas de que son mal habidas, beber manejando, volverse “chavista” para conseguir ciertos beneficios que ofrece el gobierno y a la vez ir a las marchas de oposición para quitar al gobierno, y una infinidad de “pequeñas” corrupciones morales, lo que se acostumbra llamar “ la viveza criolla” que usurpa y roba a Venezuela diariamente la moral del gentilicio.

El venezolano, y no de ahora… sino siempre ha sido “vivo” y esa viveza ha sido orgullo del común. ¡Que “tontos” esos gringos! , que andan por todo el país a 55 millas por hora, que no se toman un traguito refrescante cuando van de viaje, se dejan poner multas, y que “pendejos” los europeos, que deben sacar la basura a determinadas horas, o pagar sus impuestos religiosamente, y estacionarse solo donde esta permitido, ni hablar de los “pendejos“ y desprevenidos japoneses, que no tienen multilock en sus puertas, trabajan como unos burros y se autocensuran cuando no lo hacen bien, o los chinos que no los dejan tener mas de dos hijos. Ni hablar de esos funcionarios públicos suizos, que renuncian a sus cargos por no poder cumplir con lo que prometieron cuando se postularon.

Irónicamente, los venezolanos y extranjeros que vivieron alguna vez aquí , que por una u otra causa salieron del país y se instalaron en otras tierras se comportan radicalmente distintos, adaptándose a esas sociedades “pendejas” en donde todo esta regulado y nada se puede, pero se vive mejor.

Nada es como en Venezuela, aquí todo se puede, lo moral y lo inmoral, todo esta correcto según desde el punto de vista con que se mire, no hay nada que no se pueda hacer, todo se puede porque nunca encontraremos a alguien que lo impida más allá de un precio. Los imposibles son solo para los que no pueden pagar.

Y todos conformamos Venezuela, la patria sin conciencia, sin dolientes, la patria de los “vivos” con la ley de la jungla instaurada.

La constitución, las leyes, las políticas, y las reglas son solo papel escrito que sirven para ahuyentar a los desprevenidos, las promesas solo sirven para conseguir fines personales, pero utilizando las carencias y necesidades del prójimo, porque somos “vivos” y nunca revelaremos los verdaderos fines. El manual de Carreño, la moral y la cívica, solo se le enseña a los niños en las escuelas para que sepan que existe, y para que entiendan como se actúa en el extranjero, pues
al salir de aulas, los padres y hasta los mismos maestros y profesores, les enseñamos como es el “meneo” en realidad, y que hay que hacer para sobrevivir.




Esta sociedad que conformamos es la que fertilizo para que se enraizará hoy el gobierno que tenemos, que es igual a los de antes : corrupto, mesiánico, dictatorial, solo que ahora es sin tapujos ni disfraces como antes, ahora es al descubierto… Los que hoy se horrorizan con esto, son los mismos que ayer eran cómplices de los anteriores, formadores de la sociedad ignorante y apatrida que lo mantiene.

Somos todos en mayor o menor medida “ladrones” y en el mejor de los casos “cómplices” de robo, y el afectado es el país, los dolientes somos nosotros, los mismos ladrones, que nos robamos a nosotros mismos la decencia, la convivencia, la felicidad y el orgullo de ser venezolanos. Hace falta una revolución, pero no de pacotilla, hace falta un líder, no un infeliz que use el liderazgo para su propia idolatría. No hay que cambiar el sistema, ni la forma de pensar mundial, solo hay que cambiar la conciencia nacional, dejar lo personal y la conveniencia a un lado y empezar una verdadera revolución, no política, sino de patria verdadera, pero quien inicia esto…si solo vemos la paja en el ojo ajeno?
Todos formamos parte esto, los que actúan, y los que no actúan, los que hacen y los que dejan hacer, los que votan y los que no, los chavistas y los opositores, también los y que neutrales, los que están adentro y los que están afuera, los pobres y los ricos. Todos participamos en este gran auto robo y ahora lloramos por una justicia que nosotros mismos nos encargamos de destruir.
Hoy como ayer cuando lo escribió Bolívar…”Moral y Luces son nuestras primeras necesidades”…”Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra”…


Flavio Di Lorenzo
Abril 2007

Reflexiones de nuestro libertador son tan valederas, y tan ciertas hoy como ayer …
Simón Bolívar
Discurso de Angostura
(Fragmentos validos ayer y hoy )
13 de marzo de 1819
“…La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.”

“… .Al desprenderse América de la Monarquía Española, se ha encontrado, semejante al Imperio Romano, cuando aquella enorme masa, cayó dispersa en medio del antiguo mundo. Cada desmembración formó entonces una nación independiente con forme a su situación o a sus intereses; pero con la diferencia de que aquellos miembros volvían a restablecer sus primeras asociaciones. Nosotros ni aun conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiempo; no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el más extraordinario y complicado. Todavía hay más; nuestra suerte ha sido siempre puramente pasiva, nuestra existencia política ha sido siempre nula y nos hallamos en tanta más dificultad para alcanzar la libertad, cuanto que estábamos colocados en un grado inferior al de la servidumbre; porque no solamente se nos había robado la libertad, sino también la tiranía activa y doméstica. Permítaseme explicar esta paradoja. En el régimen absoluto, el poder autorizado no admite límites. La voluntad del déspota, es la ley suprema ejecutada arbitrariamente por los subalternos que participan de la opresión organizada en razón de la autoridad de que gozan. Ellos están encargados de las funciones civiles, políticas, militares y religiosas, pero al fin son persas los sátrapas de Persia, son turcos los bajáes del gran señor, son tártaros los sultanes de la Tartaria. China no envía a buscar mandarines a la cuna de Gengis Kan que la conquistó.”

“ … .Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que, instigado por el sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre más perspicaz, y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos. Un pueblo pervertido si alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles, y todo debe someterse a su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.

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