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sábado, 1 de octubre de 2011

THE END


No se que impresión le causé, pero ella era tal como la recordaba. De pronto, salió corriendo,  aunque en vano, el bus me regaló, muy a su pesar, unos minutos más con ella. Dio pequeños saltos desesperados, y luego se quedó parada como niña desconsolada, solo ella sabía que sentía. La contemplé en su loca carrera, luego me acerqué lentamente, le robe unos besos y se despidió, terminó la quimera. Como en las películas, la historia de una vida de ansiedad y desencuentros se resumió a dos horas, y no la vi más. Ahora en mi  soledad,  un espectro se pasea por mis pensamientos, a veces da miedo, a veces dolor, a veces odio, a veces amor.