Salió del mar dando pequeños brincos sobre las olas que morían en la orilla, sacudió su larga cabellera de oro, y oculto sus impresionantes ojos azules con unos lentes Gucci…sabía que su escultural cuerpo la hacía acreedora de todas las miradas…la de hombres embobados y boquiabiertos…y reojos de celosas féminas…
Como uno más.. debí bajar el libro que leía y unirme al deleite de sus maliciosos contorneos…descubrí así que sus ropas yacían junto al pequeño bote volteado donde yo me había acomodado a leer , buscando alejarme un poco de la multitud y algarabía de los demás…
A pesar de la cercanía, no se dignó a mirarme, sin embargo, sabiéndose observada empezó su parsimoniosa pompa… su pequeño bikini negro cubría solo lo necesario dejando a la imaginación solo la faena que se podía emprender…casi en puntillas apoyo su mano en el filo de la quilla y dándome la espalda, flexionó su pierna alcanzando el pie para sacudir muy lentamente la arena con un toallín, luego el otro pie… yo, sin poder volver al libro, ni disimular mi atónita mirada…decidí dejar la lectura y descaradamente poner mis ojos sobre aquella curvilínea figura de piel blanca aterciopelada con un leve bronceado, que se meneaba provocativamente tan cerca de mi…
. En cada movimiento la brisa me traía el aroma a coco de su piel en oleadas que crispaban en éxtasis todo mi ser…una y otra vez se inclinaba a buscar entre sus cosas, no se que…extendiendo una toalla frente a ella, la frotó suavemente secando su lisa cabellera, y antes de enredarla muy alto en su cuerpo, dejando sus muslos casi a la mitad, en un intento poco logrado por cubrir sus prominentes y firmes senos dejo salir su brassier … no hizo ni el menor intento por saber de mi interés a tan espectacular proceso…deliberadamente fingía que yo no estaba…a seguidas y muy delicadamente comenzó a bajarse la prenda que hasta entonces ocultaba el último bastión de su pudor…siempre de espaldas, dando un pequeño paso hacia atrás, y hacia mi …se inclino una vez más cortando completamente mi respiración para posar el bikini sobre su bolso…las palabras no alcanzan a describir aquella voluptuosa foto que se revelaba ante mi…mi imaginación nunca había llegado hasta ahí… en ese momento, extasiado, con la conciencia en blanco…sin pensar en absolutamente nada …mi brazo se estiro y mi mano se prendió por instinto de aquella parte desabrigada que parecia clamar una caricia…
Tal atrevimiento,… lo pienso ahora …debió originar una réplica de indignación, sorpresa o rabia… sin embargo creo que aquella mano, contagió aquel cuerpo con la carga de deseo maquinal que se manifestaba en mi…pues dejando inmóvil su monumental institución solo volteo la cabeza con una mirada consentida cerrando lentamente sus parpados para abstraernos juntos en el sabor de aquel contacto…
El mundo desapareció por unos instantes, y el calor en mis dedos se magnificaba hacia mi interior haciendo hervir la sangre que corría furiosamente para agolparse en el mastelero que amenazaba desbordarse….Quizá toda la sangre estaba allí, pues mi cordura y sensatez desaparecieron de mi mente dejando en velo la brutalidad del instinto…
Sin aviso y sin protesto la mano se heló de repente quedando en el vacío…volviendo en mi vi su figura toda alejarse centímetros que parecían kilómetros para seguir en la faena de vestirse…todavía ataviada en su toalla se inclino una vez mas para sacar pequeñas prendas blancas….ya de frente, dedicándome una sonrisa glamorosa, se encorvo para introducir uno a uno sus delicados pies dentro de una pretendida braga de tres finas tiras dejando casi intacta la visual de su firmes glúteos…ya ataviada como debía sentirse, con un apocado vestido de lino en sus manos, abrió sus brazos dejando caer la toalla para que la brisa y mis ojos acariciáramos sus increíbles pechos de tostados pezones…casi inmediatamente cuan telón de una obra magistral cayó aquel vestido cubriendo el esplendor de su cuerpo…desde la arena, atontado aún, no atine a formar una palabra…mientras ella, levantó sus gafas, me guiño un ojo, recogió su bolso y se alejó en un andar de diosa haciendo equilibrio para no flotar en la arena…
Cuando reaccioné ya no estaba… me reacomode en la arena, tome mi libro y cubrí mi cara… de mi solo se veía la
carátula que reza Diario de una Ninfómana, Valérie Tasso
